sábado, 17 de mayo de 2025

Generalidades de los Procesos Psicológicos: Percepción y Creatividad

Los procesos psicológicos son fundamentales en la constitución del ser humano, ya que permiten la interacción con el entorno y la incorporación de significados que hacen posible la subjetividad y la creatividad. Dentro de estos, los procesos básicos, que incluyen la percepción, y los procesos superiores, como la creatividad. Ambos son fundamentales para la comprensión del comportamiento humano y su funcionamiento en diferentes contextos del ciclo vital.



Proceso Básico: Percepción

La percepción es el proceso mediante el cual el individuo recibe, organiza e interpreta la información sensorial proveniente del medio ambiente, la puerta de entrada de la experiencia sensorial y motriz en la construcción del mundo interno. Según Bogaert (2018, p. 75), la percepción no es pasiva sino activa, ya que el cerebro genera sus propias interpretaciones basadas en la acción, evidenciando que “para el cerebro, la única realidad es la que él mismo elabora”, lo que quiere decir que se trata de un mecanismo activo y dinámico que permite la interpretación de estímulos del entorno a través de acciones corporales, movimientos y respuestas kinestésicas. Además, la percepción siempre está mediada por lo imaginario y simbólico, implicando que las imágenes mentales y los símbolos influyen en cómo se percibe el mundo (Bogaert, 2018, p. 84) y que siempre involucra movimientos del cuerpo en interacción con el entorno. La percepción, por lo tanto, se construye a partir del acto de acción, en donde el cerebro genera sus propias percepciones y selecciona las propiedades constantes de los objetos, evidenciando un proceso de interpretación subjetivo y particular. Esta interpretación es influida por experiencias previas y el contexto, y es fundamental en el desarrollo cognitivo desde la infancia, manteniéndose activa a lo largo de toda la vida.



En el ciclo vital, la percepción comienza en la infancia, cuando el bebé desarrolla su capacidad de captar estímulos básicos a través del movimiento y la exploración del mundo. Desde la infancia hasta la adultez, esta función se refina y profundiza, permitiendo no solo captar información, sino también integrar sensaciones en experiencias significativas. En la vejez, la percepción puede disminuir en intensidad y velocidad, pero sigue siendo clave en la interacción con el entorno y en la mantención de la identidad personal.



Superior: Creatividad

Por otro lado, la creatividad es un proceso superior, complejo y multifacético, que surge a partir de la interacción de diversos procesos cognitivos, afectivos y sociales. Bogaert (2018, p. 57) sostiene que la creatividad se relaciona con la producción de respuestas originales, motivadas por deseos inconscientes y en ocasiones enraizadas en la insatisfacción permanente, que estimulan áreas específicas del cerebro, como la órbitofrontal. Además, la creatividad requiere de un estado de apertura receptiva, y su desarrollo está estrechamente vinculado con procesos perceptivos, como la intuición y el insight, que permiten la generación de nuevas ideas y soluciones innovadoras (Bogaert, 2018, p. 89). La creatividad no solo se manifiesta en actividades artísticas o innovadoras, sino que influye significativamente en la resolución de problemas en diferentes ámbitos de la vida.

La creatividad, representa un nivel más elaborado que surge de la integración y elaboración de las experiencias perceptivas. Bogaert (2018) define la creatividad como la capacidad de transformar lo establecido, jugar con deconstrucciones y buscar la plenitud mediante cambios de perspectiva impulsados por un reclamo narcisista de autorrealización. La creatividad, en su ciclo vital, se manifiesta en diferentes etapas evolutivas: en la niñez, a través del juego y la exploración; en la adolescencia, en la búsqueda de identidad y expresión artística o intelectual; y en la adultez, en la producción de ideas innovadoras, solución de problemas y adaptación creativa a circunstancias nuevas. 



El proceso creativo se favorece cuando el individuo ha desarrollado una percepción aguda y flexible, que le permite captar nuevas relaciones, hacer conexiones inusuales y producir respuestas originales. Además, estados de insatisfacción permanente, propios de la juventud o de momentos de crisis, pueden estimular la actividad del área orbitofrontal del cerebro, elevando la capacidad creativa. La creatividad no solo requiere habilidades cognitivas superiores, sino también un marco afectivo y motivacional que propicie la apertura a nuevas experiencias y el riesgo de explorar lo desconocido.


RELACIÓN ENTRE PERCEPCIÓN Y CREATIVIDAD


Estudiar estos procesos desde la formación en psicología también permite identificar cómo se pueden potenciar las habilidades creativas de los empleados, mediante técnicas que favorezcan la percepción aguda, la atención plena y la exploración del mundo interno. Es decir, un profesional preparado puede intervenir en la promoción de ambientes laborales donde la percepción y la creatividad se conviertan en recursos estratégicos, facilitando procesos de innovación, liderazgo participativo y desarrollo del talento humano


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